Mascate, la capital de Omán y puerta de entrada al país, tiene una población aproximada de unos 800 mil habitantes mientras que su área metropolitana se acerca a los 2 millones. El lugar se encuentra encajado entre ramificaciones montañosas de color cobrizo y el precioso mar azul. Posee todo lo que uno puede esperar de un país árabe, pero al mismo tiempo mucho más. Lo primero que uno debe hacer al llegar a la capital, es observar a los omaníes y su vestimenta. Su indumentaria, a pesar de poseer coches caros y lujosos edificios, sigue siendo la tradicional: dishdashas blancas (a veces color pastel) para ellos y vestidos largos y holgados junto al pañuelo en la cabeza para ellas conocido como lihaf. Los hombres visten debajo de la dishadasha algo similar a una falda pareo.
Su conversión al islam sucedió en el siglo VII mientras que fue en el año 751 cuando se asentó el primer imán. Los portugueses alcanzaron la ciudad en el 1507 pero fueron atacados a su llegada desde el puerto. No obstante, consiguieron ocupar la ciudad y tomaron el poder durante más de 100 años. Los turcos conquistaron dos veces la ciudad. En el 1624 Nasir bin Murshid fue nombrado imán de Omán, el cual se encargó de expulsar a los portugueses y de unificar las regiones del país. También fue el creador de la dinastía Yaruba, de donde surgieron todos los dirigentes hasta 1749. Fue Said bin Sultan el dirigente más destacado del siglo XIX. Tras los conflictos entre el sultanato y las tribus del interior de Omán, comenzó la rebelión de Dhofar en 1962, 8 años después, Qaboos bin Said, hijo del sultán, organizó un golpe de estado y destronó a su padre. A partir de ese momento el monarca ostentaría el poder absoluto de Omán.
Ya en la ciudad, una de las cosas más importantes es la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, la única del país que puede ser visitada por extranjeros poseedora de más de 415000 m2 de superficie. Los viajeros que la visitan son afortunados de que una construcción tan maravillosa como esta sea la única permitida, ya que todos los que vuelven lo hacen fascinados por semejante obra arquitectónica. El lugar, poseedor de mármol de Carrara perfectamente pulido, invita a descalzarse y a pisar tal perfección con nuestros propios pies. También su alfombra persa tejida a mano en Irán, en la cordillera del Khorasan, en una sola pieza de más de 4000 m2, es algo fantástico. Existen dibujos e imágenes en cerámica sobre las columnas invocando las más antiguas tradiciones islámicas. La obra es limpia, simétrica, elegante, lujosa y modesta al mismo tiempo. La sala de oración mide más de 70 metros de lado y en su centro se encuentra una enorme lámpara de araña diseñada por Swaroswki, con engastes de oro y con el más que probable calificativo como la más grande del planeta. También posee una cúpula de 50 metros de altura, un minarete principal y 5 laterales. La mezquita posee una capacidad para 20 mil fieles. A poco más de 10 minutos conduciendo, se encuentra la magnífica Ópera Real de Mascate, caracterizada por su ostentación. El lugar es un escaparate de arquitectura islámica, con una decoración atestada de todo tipo de elementos decorativos, con suelos y columnas de mármol con planteamientos geométricos, techos de madera artesonados, lámparas al más estilo oriental.
Otro lugar importantísimo es el Barrio Antiguo de la ciudad. Aquí se encuentra Al Alam Palace (Palacio del Sultán), la residencia ceremonial del sultán Qaboos. Su interior no se puede visitar pero su fachada es espléndida. El lugar tiene más de 200 años de historia y fue construido por el abuelo directo séptimo de Qaboos. El palacio cuenta con una fachada de color oro y pilares azules. Este palacio está cercado y protegido por los fuertes de Al-Mirani y Al-Jalali, ambos lugares a los que tampoco se puede acceder a su interior, pero si deleitarse por sus maravillosas formas y fachadas. La función del primer fuerte era proteger la entrada oeste del puerto de la ciudad. Se construyó durante la ocupación portuguesa y fue restaurado con la llegada al poder de Qaboos, quien lo convirtió en un museo hoy cerrado al público. El segundo fuerte se encargó de proteger el extremo este del puerto de la ciudad. También fue levantado por los portugueses y durante el siglo XX se empleó como prisión. El peñón donde se situó forma parte de la estructura defensiva, por lo que solo se requirió de la construcción de un muro con troneras para disparar los cañones. El fuerte se ve rematado por 2 torres a ambos lados de la muralla junto a una ascendente escalera para acceder a su interior. A menos de 10 minutos a pie se encuentra el museo de Bayt Al Zubair, situado en una casa típica omaní magníficamente restaurada. El museo expone imágenes omaníes antiguas, artesanías y muebles tradicionales, armas, joyas, y una larga lista de objetos. Por último y no por ello menos importante, todo viajero que visite Mascate debe acercarse al zoco de Muttrah, uno de los más antiguos del país. El zoco ocupa el centro histórico de la ciudad y posee más de 200 años de antigüedad. Parece una pequeña ciudad dentro de Mascate, con sus callejones, sus plazas y sus comercios a modo de muralla. Aquí se pueden conseguir vestidos tradicionales, incienso, frutos secos, especias, perfumes y todo lo que podáis imaginar.
¿Qué os parece Muscate, la capital de Omán?
Daniel Bermejo
ONEIRA club de viajeros
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