Las culturas peruanas precolombinas o prehispánicas más antiguas se han desarrollado en Perú por todo su territorio. Todos relacionamos rápidamente la antigua cultura inca con el pueblo peruano, sin embargo hay una serie de pueblos que se asentaron antiguamente en distintos lugares. Algunas de las culturas más antiguas surgieron en la parte norte del país, que descubriremos en nuestro viaje a Perú de Semana Santa 2019. Os dejamos una reseña de los principales pueblos prehispánicos del norte:

Huaca Prieta

Esta cultura primitiva se asentó en la zona que ocupa el yacimiento de su mismo nombre. Floreció entre los años 3500 y 2300 a.C. Cazadores recolectaros, no obstante también cultivaban algodón y algunas hortalizas. Su máxima expresión artística se manifestó en las decoraciones en vasijas elaboradas con calabaza seca. 

Chavín

De gran influencia cultural, ocuparon los alrededores de Huaraz, en los Andes Centrales, entre el 800 y el 400 a.C.

Mochica

Floreció entre los años 100 a.C. y 800 d.C. Con cerámica, tejidos y objetos de metal característicos, dejando su huella con la construcción de grandes pirámides. La decoración de sus vasijas son realistas, con figuras y escenas agrícolas y pequeños animales, así como algunas escenas ceremoniales. Esta cultura se inició en las intervenciones quirúrgicas y y desarrolló un conjunto de arte erótico que conoceremos en nuestra visita al Museo Larco, en Lima.

Sicán

Descendientes de la cultura mochica, se expandió entre los años 750 y 1375 d.C. Fundamentalmente agricultores desarrollaron técnicas metalúrgicas, con oro, plata, cobre y bronce. Fueron activos comerciantes y se relacionaron con culturas alejadas.

Chimú

Contemporáneos de los anteriores, desarrollándose entre los años 850 y 1470 d.C. Tendieron más a la producción masiva que a la creación artística. Desarrollaron la metalurgia e instauraron una sociedad urbana. Tenían enormes pozos con accesos de entrada, canales, talleres y templos, y enterraban a sus soberanos en túmulos funerarios rodeados de ofrendas.  En 1471 fueron conquistados por los incas.

Sin embargo, la civilización más importante y que ha marcado la historia de Perú fue el pueblo inca, o lo que también se conoce como Imperio Inca. Y durante nuestro recorrido de viaje también conoceremos en profundidad el legado que los incas dejaron a la humanidad. Cuenta la leyenda que la civilización inca emergió cuando Manco Cápac y su hermana Mama Ocllo, hijos del Sol, emergieron del lago Titicaca para establecer la civilización en el Cuzco. Su influencia y expansión comienza en el s. XV, cuando el noveno rey, el Inca Yupanqui, defendió Cuzco contra el pueblo invasor chanca del norte. Yupanqui llevó su conquista hacia los Andes. Bajo su reinado creció un vasto imperio de hasta 10 millones de súbditos conocido como el Tahuantinsuyo (“tierra de cuatro regiones”), que comprendía no sólo todo Perú, sino también regiones de Ecuador, Bolivia y Chile. Yupanqui, con el sobrenombre de Pachacutec, trazó el primer asentamiento en Cuzco con forme de puma y levantó los fabulosos monumentos de piedra de Sacsayhuamán, y probablemente Machu Picchu. Mejoró las calzadas que entretejían su imperio y desarrolló sistemas agrícolas y estableció el quechua como lengua franca.  Atahualpa fue el decimotercer emperador inca y está considerado como el último de sus líderes. Nació en 1500 y condujo al Imperio Inca a una larga y sangrienta Guerra Civil en 1527. Fue en 1532 cuando los conquistadores españoles al mando de Pizarro, en Cajamarca, tendieron una trampa a 3500 hombres de Atahualpa produciendo una gran matanza y la captura de Atahualpa, que al año siguiente sería ejecutado, dispersando con ello a los ejércitos incas que rodeaban Cajamarca y facilitando la conquista del impero por Pizarro. 

La impronta cultural que han dejado estos pueblos precolombinos es palpable por todo el país. Una de las figuras religiosas más características de los pueblos incas es la figura del chamán. El chamán entiende que la vida está presente en todas las cosas y con habilidades especiales puede ser percibida en su verdadera esencia. Los chamanes tratan con respeto a la tierra, las rocas, las plantas y los animales, que son sus hermanos y aliados. Su filosofía se fundamenta en el trasvase energético entre los seres vivos, sobre la ley del dar y recibir, y sobre el retorno de cualquier acto que uno haga a los demás seres vivos. Estos brujos creen en el Gran Espíritu (Dios) como fuente suprema del cosmos. Energía y materia es una única cosa, todo está interrelacionado en el cosmos y en la naturaleza. Todo está vivo y en continua vibración. Cualquier plano material tiene su propia conciencia. La enfermedad en la sociedades tribales se observa como una falta de armonía y equilibrio. Estos terapeutas del alma emplean todo tipo de rituales, materiales y de pensamiento, entre ellos la toma de brebajes, para reinstaurar el equilibrio. 

En Perú es muy común el consumo de ayahuasca (una planta alucinógena) para entrar en trance en algunos sitios del Amazonas y algunos puntos de Perú. Su ingesta forma parte de una ceremonia que puede durar horas o días. Algunos viajeros se arriesgan a participar en algunas de estas ceremonias poniendo en riesgo su salud. La ayahuasca puede producir efectos secundarios como deshidratación, convulsiones, aumento de la presión arterial e incluso ceguera. Algunos chamanes charlatanes la mezclan con LSD para potenciar “el viaje”. Algunas de estas ceremonias son usadas para robar a los viajeros. ONEIRA no recomienda en sus viajes, en ningún caso,  someterse o participar en ceremonias de este tipo por lo peligroso que resulta. 

Daniel Bermejo

Alberto Bermejo

ONEIRA club de viajeros

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