Egipto ha inspirado a grandes literatos y a todo tipo de artistas. Es un destino romántico donde los haya. Y que fue en gran medida irresistible para los europeos de la segunda mitad del  siglo XIX, en pleno romanticismo. Ellos son los grandes herederos de la literatura gótica del siglo XVIII y de la fascinación por las culturas lejanas. Las ruinas, los países remotos, llamaban la atención de artistas, pintores y escritores.

No hacía mucho tiempo que se descubriera la Piedra de Rosetta, la Egiptología se consolidaba y se comenzaban a traducir los jeroglíficos. El color sepia de las fotografías añadía un aura más de nostalgia a países como Egipto, que se adueñaba de los sueños de los europeos de la época.

Leí recientemente que la elegante editorial Círculo de Tiza @circulodetiza ha editado un magnífico libro de época: Egipto, sueño de dioses. Libro que recoge dos miradas diferentes a la par que complementarias sobre El Cairo y Egipto.

Por un lado, leemos  las vívidas y realistas impresiones del poeta romántico francés Gerard de Nerval. Este autor llevó una existencia bohemia y sufrió graves trastornos mentales. Tras uno de sus internamientos consiguió viajar a Oriente. Su obra póstuma fue Escenas de la vida Oriental (1851), obra maestra del periodismo poético.  Nos cuenta Gerard:

El Oriente de antaño se precia de usar sus viejos atuendos, sus viejos palacios, sus viejas costumbres, pero ya ha llegado a sus últimos días, y puede decir como uno de sus sultanes: La muerte ha disparado su flecha y me alcanzó: ya soy el pasado.

La otra visión de Egipto que recoge el libro es de Amelia B. Edwards, novelista, periodista, viajera y egiptóloga. Recorrió en 1873 Egipto y participó en diversas excavaciones. Uno de los templos que excavó lleva su nombre. La fascinación de Amelia se muestra en las espléndidas ilustraciones de la época que se contienen en el libro. Escribe Amelia B. Edwards:

Cuando se llega al filo del desierto y a La Gran Pirámide con toda su inesperada mole y majestuosidad se alza enorme ante la cabeza de uno, el efecto es tan repentino como abrumador. Eclipsa al cielo y al horizonte, a las demás Pirámides. Lo eclipsa todo menos la sensación de sobrecogimiento y asombro.

Un excelente título para ahondar en el conocimiento del Antiguo Egipto

Nota: Oneira club de viajeros organiza un viaje al Antiguo Egipto en diciembre de 2019

Alberto Bermejo

ONEIRA club de viajeros

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