Guardo un buen recuerdo de la lectura del primer libro de Carlos Ruiz Zafón, La Sombra del Viento (por cierto, denostada por algunos críticos)  y el misterioso y oculto lugar de Barcelona, El Cementerio de los Libros Olvidados donde Daniel Sempere encontraría el libro maldito que cambiaría su vida. Y tengo pendiente de ver este año 2019 la película de Rémi Bezançon, La Biblioteca de los Libros Rechazados, inspirada en la novela de Brautigan, sobre la historia de un bibliotecario que recogía todos los libros rechazados por editoriales y otros relegados al olvido. También podréis encontrar en vuestra librería La Biblioteca de los Libros Perdidos, de Alexander Pechmann, que hace un magistral recorrido por obras no leídas de Malcolm Lowry, Mérimée, Byron, etc.

Y en este orden orden de cosas he conocido que en Francia, en el Museo de la Imprenta y la Comunicación Gráfica de Lyon, hay una curiosa exposición bajo el título de La Odisea de los Libros Salvados. Y siempre es una buena oportunidad para coger el coche y poner rumbo al país vecino, a Lyon, la tercera ciudad más grande de Francia; en su mayor parte, Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO desde 1998 (cosa que me gustaría hacer hoy mismo, ¡pero no puedo!).  En esta ocasión, una invitación a viajar a través de los siglos, continentes y eventos internacionales siguiendo la pista a libros aniquilados, amenazados, zaheridos, finalmente triunfantes gracias a salvadores que se ocuparon de que dichos textos vieran la luz y no cayeran en el olvido.

Fijamos pues al libro como héroe, al poder recorrer esta exposición llena de esperanza, para todos los que aman los libros. No en vano guardamos los libros porque los amamos y porque nos hacen sentir bien, contribuyendo a nuestra alegría, nuestro consuelo, nuestra memoria y supervivencia. La exposición fue presentada el 12 de abril (yo he conocido de su existenc ia ahora) y se mantendrá abierta hasta el 22 de septiembre de 2019. El Museo de la Imprenta y la Comunicación Gráfica de Lyon es uno de los más señalados museos sobre esta temática en Europa y situado en un bonito edificio del siglo XV, renacentista. Además de la exposición que nos ocupa, el museo reúne objetos y documentos referentes a cinco siglos de historia, con prensas, sellos, periódicos, publicidad, etc.

La muestra de los libros salvados se estructura en cuatro apartados temáticos, evocando los distintos peligros a los que enfrentaron los libros y sus libertadores. El primero, RAYO (libros  alcanzados por un rayo o ahogados bajo el agua), con libros que escaparon de un infausto sino, como los que rescató la bibliotecaria Sanela Krahic de la Biblioteca nacional de Bosnia Herzegovina en Sarajevo tras un bombardeo serbio. La segunda sección de la muestra es INDEX, con libros censurados por la religión o por gobiernos por resultar libros ofensivos; un ejemplo, el padre dominico Michaeel Najeeb se esforzó en digitalizar manuscritos prohibidos por el Estado Islámico en Irak; es conocido el periplo de Najeeb para mover dos coches con 800 manuscritos del s. XI y XIX entre Mosul y el Kurdistán. En tercer lugar, EXILIO, con libros obligados a abandonar sus lugares de origen. Una salvadora fue Jenny Delsaux, que buscó durante cinco años libros expoliados en Alemania y países aliados al finalizar la 2GM. En un último apartado, TALISMÁN, la muestra llama la atención de que no son los libros, los que son salvados, sino que nosotros mismos somos los liberados por su especial intercesión, como en el caso de Mary Shelley, la autora de Frankenstein, que confrontó importantes crisis personales y familiares en vida gracias a la escritura como dejó reflejado en un diario íntimo.

La exposición se cierra con un interesante juego, que algunos hemos jugado en nuestra juventud, que te traslado, lector:  ¿qué libros te llevarías a una isla desierta?

Alberto Bermejo 

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