La ciudad de Jerash rivaliza en belleza con Petra a la hora de considerar los grandes monumentos a visitar en Jordania. Conozcamos Gerasa, el lugar que visitaremos en junio con Oneira.
Jerash es también conocida como “Roma lejos de Roma”, fundada entre los siglos IV y III a. C sobre una planicie llena de empinadas zonas boscosas y fértiles cuencas. Fue conquistada en el 84 a. C. por Alejandro Janneo y con la llegada de Pompeyo en el 63 a. C. alcanzó la independencia y se integró en la Liga de la Decápolis. Aquí comenzó una edad de oro cuya riqueza no fue causada solo por la fertilidad del suelo y la abundancia de lluvias sino también por el comercio con los nabateos. La conquista del reino de Jordania por parte del Imperio Romano originó la constitución de la provincia de Arabia y la construcción de una calzada entre Damasco y Ammán. Esta situación provocó el levantamiento de nuevas edificaciones, con el fin de otorgar a la ciudad el papel que debía desempeñar. Tiempo después, el alejamiento de las rutas comerciales hacia el mar provocó la decadencia progresiva de la ciudad. Hoy en día es considerada una de las ciudades romanas mejor conservadas del mundo, oculta durante siglos bajo la arena antes de que se iniciaran las excavaciones y restauraciones de los últimos 70 años.
Jerash se configura como una perfecta propuesta urbana romana con pavimentos y calles atravesadas por columnas, templos en los promontorios de las montañas, teatros fascinantes, plazas públicas extensas, fuentes, baños y ciudades completamente amuralladas. A pesar de la herencia grecorromana, también preserva una mezcla de oriente y occidente que magnifica aún más lo delicado y grandioso del lugar. Ya en la ciudad, el Arco de Adriano o “arco del triunfo” se construyó para celebrar la visita del emperador Adriano a Jerash. De color ocre, es un magnífico monumento con una preciosa decoración de hojas de acanto en el pie de las columnas apoyadas sobre pedestales. Cerca se puede ver el Hipódromo, construido hace casi 2000 años y que podía albergar hasta 15 mil espectadores. Por su impresionante tamaño es el edificio más grande de la ciudad (245 metros de largo x 51 metros de ancho). La plaza ovalada tiene forma elíptica y se encuentra en perfecto estado de conservación. Tiene 90 metros de largo y 80 metros de alto y estuvo recubierta de un amplio zócalo que soportaba una columnata jónica del siglo I d. C., rematada en su extensión por un arquitrabe decorado. El pavimento está hecho de grandes losas de caliza en la zona exterior y de menor tamaño hacia el centro con el fin de darle relieve elíptico. Partiendo desde la plaza oval cruzamos el Cardo Maximus, ancha vía porticada que sigue hasta la puerta norte, donde se levantaban los edificios más ilustres de la ciudad. Se construyó en el siglo I d. C. y se agrandó durante el siguiente. Las columnas jónicas iniciales se cambiaron por corintias y en el pavimento se puede ver los surcos dejados por las ruedas de los carros. Bajo los pórticos había talleres y tiendas y toda la vía estaba provista de un sistema de alcantarillado que almacenaba el agua de lluvia. En la zona más importante alrededor del Cardo Maximus se encuentra el Templo de Artemisa, monumento más famoso de Jerash caracterizado por sus magníficas columnas corintias de su peristilo (columnas separadas regularmente que rodean un edificio o patio interior). Dos escalinatas suben desde los propileos hasta un pórtico exterior, desde el que 5 puertas dan paso a un extenso patio rectangular, rodeado de pórticos corintios. El templo se elevaba en el interior del témenos. El Teatro sur era el más grande de Jerash construido entre el 90 y 91 d. C. La cávea podía albergar 3500 espectadores, distribuidos en las 2 zonas divididas en 32 filas, cuyos asientos a menudo llevaban inscripciones en griego que hacía referencia a las reservas de los asientos. El proscenio (lugar entre la escena y la orquesta), muestra una espléndida y trabajada ornamentación que ha sido cuidadosamente restaurada. El teatro tiene una acústica espléndida, amplificada por los nichos de la base del podio, que hacía a menudo de caja de resonancia.
Cono veis, amigos viajeros, para disfrutar de grandes ciudades romanas no es necesario trasladarse a Itálica. Aquí tenemos una buena muestra de ello.
Daniel Bermejo
ONEIRA club de viajeros
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