Estoy pesaroso por las noticias que estamos conociendo por la Dana o Gota Fría en el Levante, en mi tierra, de triste actualidad. Terrible acontecimiento. No solo los desastres naturales acaecen en nuestra época. Grandes civilizaciones de todos los tiempos han sucumbido por catástrofes diversas. Me viene a la cabeza la caída de algunos imperios mesoamericanos en Centroamérica. Pero hoy quiero reflexionar sobre la caída del Imperio Antiguo en Egipto, aprovechando que visitaremos el país de los faraones en diciembre de 2019 con Oneira club de viajeros.
El Imperio Antiguo egipcio está marcado por el apogeo de Las Dinastías III, IV y V (2686-2345 a.C.) y su declive en las Dinastías VI, VII y VIII (2345-2160 a.C.). Estos reinados están marcados por una gran religiosidad, una monarquía centralizada y una expresión artística muy relevante, con la construcción de grandes complejos arquitectónicos.
Pero los científicos debaten de forma importante sobre qué llevó a la civilización egipcia a colapsar hace más de 4.000 años. En la tumba de Anjtifi en El-Moalla, nomarca en el nomo de Hierakómpolis en la IX Dinastía, se afirma:
… Todo el Alto Egipto estaba muriendo de hambre y la gente devoraba a sus hijos, pero yo no permití que nadie muriese de hambre en este nomo… La ciudad entera había llegado a ser como langostas, yendo río arriba y río abajo (en busca de comida)…
Todo apunta a una gran hambruna que ocurriría durante los últimos años del declive del Imperio Antiguo. Hay varios textos similares al indicado en distintos lugares de Egipto. Merer, en Edfú, afirmaba:
… Yo enterré a los muertos y alimenté a los vivos, a cualquier lugar que fui en esta sequía que ocurrió. Cerré todos los campos y montículos de la ciudad y de las afueras de ésta, no permitiendo que sus aguas inundasen a todos, como hace un respetado ciudadano para que su familia pueda sobrevivir…
En las Admoniciones de Ipuwer, Diálogo del desesperado o las Instrucciones de Merikaraseñalan respecto del Imperio Antiguo que la sequía sería la única y principal responsable del fin del Imperio Antiguo, aunque también analizan la responsabilidad de los propios egipcios que no hicieron lo suficiente para resolver los problemas.
Un estudio publicado en “The Daily Mail” presenta una serie de pruebas analizando los anillos de árboles encontrados en la madera del ataúd de Ipi-ha-Ishutef y unos barcos funerarios enterrados cerca de la Pirámide de Sesostris III, de nuevo apuntando a la falta de recursos como responsable del fin del Imperio, producido por un evento árido de gran alcance que impactó en los elementos de la madera analizada.
El debate es intenso sobre las causas que ocasionaron esta caída. Sin embargo, he leído y escuchado en la Red y en algunos programas de TV que las pruebas son demoledoras actualmente, con nuevas investigaciones que se han llevado a cabo recientemente con extracciones de trazas de hielo antiquísimo en el Kilimanjaro (nieve superpuesta durante generaciones) y que han detectado la presencia de extraordinarias cantidades de polvo hace 4.000 años que justificaría una mayor aridez en África Nororiental y revelaciones similares en relación con sedimentos encontrados en un lago actualmente seco, que estaría pegado al Nilo, y que demostrarían asimismo una sequía pertinaz que explicaría el declive del Antiguo Egipto en esa época. Nuestro guía nos trasladará en nuestro viaje su propio punto de vista y sus investigaciones.
Terrible. La sequía ha hecho estragos, en toda nuestra historia humana. Y sigue haciéndolo hoy en día. Mas siempre nos quedará la belleza, toda esa belleza de los lugares que nos quedan por recorrer. Cierro con los versos de una canción, Sonnet, de los atemporales The Verve, que una amiga recordaba recientemente en Facebook:
Vaya por todos aquellos que estos días se han visto fustigados por el enfado de la Madre Naturaleza.
…Why can’t you see
That nature has its way of warning me
Eyes open wide
Looking at the heavens with a tear in my eye……Por qué no puedes ver
Que la naturaleza tiene su forma de avisarme
Los ojos bien abiertos
Mirando al cielo con una lágrima en el ojo…
Alberto Bermejo
ONEIRA club de viajeros
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