Algunos viajeros se asombran con las inabarcables llanuras de África, otros se abruman con la percepción de que el tiempo se detiene ante tales horizontes y gran parte de ellos  quedan estupefactos si logran observar a los cinco grandes africanos: león, leopardo, elefante, rinoceronte y búfalo. Hagamos un repaso de estos animales que podemos encontrarnos en los grandes parques nacionales de Kenia y Tanzania.

El nombre en swahili del león es simba (característico de la famosa película El Rey León), en general son las leonas las que se encargan de cazar el alimento de toda la manada. Se le considera el rey de la selva, icono de los safaris africanos, un ser magnífico. Su población ha disminuido en un 75% desde 1990. Su peso es de 120-150 kg en las hembras, 150-225 kg si es macho. Aunque los puedes ver tendidos a la sombra, son los depredadores más temidas de África. Están provistos de unos colmillos que desgarran huesos y tendones sin esfuerzo y pueden derribar hasta una jirafa.

El rinoceronte negro puede vivir entre 40 y 45 años y actualmente se encuentra al borde de la extinción (en 20 años ha descendido de los 100 mil a los 2500 ejemplares). Es un animal icónico, casi al borde de la extinción por la caza furtiva. Su capacidad auditiva es asombrosa. Llegan a vivir hasta 40 años. Son de naturaleza solitaria y conseguir observar uno no es tarea fácil. Si se enfadan, cargan a uno velocidad de hasta 55 km/h.

El elefante es el animal terrestre más grande del mundo y desde su enorme trompa surgen unos colmillos que pueden medir hasta 3 metros. Es el rey de las bestias. Vive en una sociedad liderada por las hembras más mayores, que son las que dirigen al resto del grupo en sus migraciones. Suelen ser pacíficos, aunque a veces los machos son impredecibles por lo que hay que tener cuidado con ellos. Se alimentan de ramas y pasto, comiendo casi 200 kg al día de materia vegetal (15 horas al día) y bebiendo casi 200 litros de agua al día. Se defienden con sus colmillos pero también los utilizan para encontrar sal o agua.

El leopardo. Tan esquivo como bello, es el mayor depredador y el más escurridizo animal de toda África. El mejor cazador solitario y nocturno. Depende de su camuflaje perfecto para no dejarse ver; sus gruñidos son inconfundibles. Suele encontrarse vigilando y descansando desde lo alto de las ramas de los árboles. Es el cazador más adaptable y desconfiado de entre los felinos; no está en peligro de extinción. Caza desde antílopes hasta babuinos e insectos (suele esconder sus mejores presas en lo alto de los árboles para defenderse de los carroñeros).

El búfalo puede llegar a pesar 800 kg, posee cuernos separados y gruesos. Su apariencia no debe llamar a engaño; de humor cambiante e inestable puede llegar a ser muy peligroso si te sorprende fuera de tu vehículo.  Decía Robert Rouark, un novelista americano, que el búfalo tiene el aspecto de que le debemos dinero. Su embestida puede llegar a ser mortal. Es fácil de ver, con una población aproximada en toda África de más de un millón de individuos. Su peor enemigo son las manadas de leones. Disfrutan más del agua que los rinocerontes y elefantes, y no suelen separarse de esta más de 10 o 15 km. 

¿Te atreves a conocer los cinco grandes africanos en Tanzania?

Daniel Bermejo

Alberto Bermejo

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