Ramsés III, Medinet Habú y Deir el-Medina

En el marco de la XX dinastía, Ramsés III (1.184 - 1.153 a.C.) fue el último representante de una realeza egipcia volcada hacia el poder exterior, donde mantuvo su influencia. Mas en el interior de Egipto realizó grandes construcciones, como el templo funerario al que nos referiremos hoy, Medinet Habu, donde muestra su victoria sobre una gran coalición de pueblos denominados "del mar" en el octavo año de su reinado. Los investigadores señalan que muy probablemente representan pequeños enfrentamientos y victorias reunidas en una gran composición a mayor gloria de Ramsés III. En la época de nuestro protagonista la inestabilidad se extendía por todo Egipto, con una inflación de precios que ocasionó pobreza y hambre, incluyendo una huelga de los obreros de Deir el-Medina ante el retraso del cobro de sus salarios. El "Papiro Harris" nos informa de la situación de las propiedades, el campo y el funcionamiento del país.

Ramsés III derrotó a algunos pueblos limítrofes, como los peleset y los filisteos. Del reinado de Ramsés III caba destacar la gran Conspiración del Harén (también conocida como "conjura" o el "complot"), de la que conservamos declaraciones de culpables y las actuaciones de un tribunal encargado de juzgar a los sospechosos (entre ellos algunos familiares) que intentaron asesinar al rey. Se cuenta que fue una de las esposas de Ramsés III, Tiya, quien conspiró para asesinarle implicando a mujeres, funcionarios y guardias del harén real. En una investigación científica de 2012 parece confirmar que un tajo en la garganta de Ramsés III fue el responsable de su muerte. Este complot se refleja en una interesante novela publicada por "Luciérnaga":  Magia en el Antiguo Egipto, de Javier Arries. Los responsables del magnificio fueron atrapados, juzgados y condenados a morir cruelmente, además de sufrir el mayor de los tormentos: el "Damnatio memoriae", que consistía en hacer desaparecer al criminal de cualquier referencia, tablilla, texto o inscripción, es decir el olvido absoluto.

Para el recuerdo del paso por la historia de este importante faraón, nos queda el  Memorial de Ramsés III en Medinet Habú, asociado al dios Amón y de un tamaño de ocho hectáreas. Tendremos oportunidad de conocerlo en nuestro viaje a Egipto Oneira de diciembre de 2019. Ramsés III imitó al Rameseum para erigir su santuario, el cual se encuentra cercado por un recinto guarnecido a diferencia de otros lugares de culto. Se accede al interior del recinto por dos puertas, aunque se conserva únicamente la puerta del este. El edificio más antiguo del lugar es un templo con pilares cuadrados denominado Templo de la XVIII Dinastía, acabado por Tutmosis III al objeto de guardar la barca de Amón tras la Fiesta del Valle. En el Panteón de Seneyem hay una bonita representación de “los campos de Ialu”, un mapa del reino del más allá. En el muro oeste el difunto y su esposa adoran a doce dioses. En el lado sur podemos encontrar a Neftis e Isis en forma de pájaro velando a la momia. En el complejo pueden encontrarse los antiguos Almacenes, edificios de ladrillo abovedados. En a zona principal del templo se haya el Palacio Real con la sala hipóstila central con diferentes estancias.  Destacan igualmente sus Murallas y Anexos. 

A 15 minutos andando se encuentra Deir el-Medina. Su nombre en árabe deriva de la desaparición de un monasterio copto hace casi 80 años por lo que en el pasado se conocía como “Pan Demi”. Completamente excavada. Ha sido la única ciudad de artesanos poblada durante más de 450 años de forma duradera, desde los inicios de la XVIII dinastía hasta el fin de la XX. Su fundación corresponde a la época de Tutmosis I, conforme a las anotaciones en el muro de cierre de la ciudad, aunque hay autores que consideran que podría haber sido en tiempos de Amenhotep I, ya que fue él quien reunió a los artesanos y les ofreció el proyecto de elaboración de tumbas reales, manteniendo sus doctrinas locales y sus jerarquías. El poblado, con una superficie aproximada de 7500 m2 y con una forma irregular, está cercada por una muralla de unos 132 metros de perímetro. Está formado por un pequeño patio y un pronaos con capitales compuestos, un santuario y 2 capillas laterales. El Templo, hacia el norte, fue completamente reconstruido en  época tolemaica; al parecer fue utilizado como vivienda por frailes cristianos. Al norte del templo se encuentra el “Gran Pozo”, desde donde se extrajeron 5000 ostraca. El Panteon de Seneyem hallado intacto en 1866 muestra un bello techo abobedado con escenas del Libro de los Muertos. La Tumba de Inherjau “del contramaestre del señor del Doble País” muestra salas también con decoración del Libro de los Muertos. 

A la muerte de Ramsés III la situación interna de Egipto quedó muy deteriorada, con reyes efímeros que solo conservaron del pasado glorioso de Egipto el nombre de nuestro faraón protagonista: Ramsés.

Alberto Bermejo y Daniel Bermejo 

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Periplo de Egeria por Tierra Santa s. IV: la primera guía de viajes

Hemos de rendir constante tributo a las grandes mujeres protagonistas del devenir histórico de nuestro país. ¡Y también a las pequeñas protagonistas de su día a día!. Nunca serán suficientes todos los homenajes que podamos ofrecerles. No en vano busqué como insignia de nuestro club de viajeros un nombre femenino: Oneira, término vinculado como sabéis al reino de los sueños y la fantasía, experiencias del alma que también contienen un importante componente femenino. Y siendo precisos respecto a nuestra trayectoria viajera desde el inicio de PERIPLOS,  el hecho cierto es  que el conjunto de peripleros y peripleras (y ahora viajeros onéricos) que han viajado con nosotros en su mayor parte son mujeres. Ellas, con su especial sensibilidad, ¡son más viajeras que nosotros!.

Venga esta reflexión al caso de presentaros un magnífico libro de un autor que sigo en tertulias literarias y de humanidades: Javier Santamarta, gran escritor y amante de la historia. Su libro es un homenaje a las grandes heroínas españolas (luego me quedaré con una de ellas para centrar esta comunicación) en buena parte semiolvidadas: “Siempre estuvieron ellas: Galería histórica de hispanas memorables”. Editado por Edaf. Debajo os dejo enlace. Este libro reproduce semblanzas muy destacables de grandes figuras femeninas de nuestra historia, las cuales no han sido suficientemente recompensadas debidamente por los textos más sesudos de Historia, donde siempre han destacado las figuras masculinas como protagonistas.

Además de meritorio, que lo es para un autor señalar a estas grandes mujeres, también es importante observar cómo afronta Javier Santamarta las pequeñas y grandes historias de estas ilustres hispanas, con gran riqueza de elementos narrativos que facilita ostensiblemente la lectura. A destacar mujeres como Egeria (Antigua Roma) María de Zayas (Siglo de Oro) Ángela Ruiz Robles (siglo XX) Carmen de Burgos (cronista de guerra) y tantas otras. Pero ya no solo tiene mérito el tema que trata el bueno de Javier Santamarta, sino cómo lo hace y explica. No es una novela, pero capítulo tras capítulo (de los trece que lo componen), dedicado a una o varias de esas ilustres hispanas, nos pone en contexto con unos diálogos y situaciones en los que, por momentos, parece que estamos leyendo una narración que parece ficción pero que se ajusta, fielmente, a lo sucedido.

Si he de quedarme hoy con una de estas protagonistas y grandes heroínas lo haré con Egeria, por distintas razones, porque es mujer, es viajera y aventurera, gallega (Galaecia, de la Hispania romana), porque en el siglo IV viajó a Tierra Santa (donde vamos nosotros, Oneira, en junio en viaje a Jordania) convirtiéndose en la primera viajera o peregrina de la historia, ¡y escribiendo la primera guía de viajes! pues durante su periplo (recorrió más de 5.000 km, la mayor parte a lomos de un burro) estuvo escribió contando su aventura: El Itinerarium de Egeria por Tierra Santa (debajo os dejo un enlace para encontrarlo en Internet) aunque incompleto,  recoge anécdotas, encuentros con religiosos, su recorrido, descripciones de los lugares Santos que visita, detalles de monumentos visitados, una maravilla. Lugares como Egipto, Palestina, Siria, Mesopotamia, Asia Menor y Constantinopla. ¡Escrito en el siglo IV!. Un libro fundamental para conocer Tierra Santa y alrededores. Libro que ha llegado a nosotros de milagro: se encontró en el siglo XIX. Nos da la visión de una curiosa viajera de principios de nuestra era, información de distancia, detalles filológicos importantes y costumbres de la época. Una curiosidad, en su visita al Mar Muerto, afirmó que cuando localizó el lugar donde supuestamente se convirtió en estatua de sal de la mujer de Lot en el Itinerarium afirmaba que por más que la buscara no encontró dicha estatua…

Un precioso fresco con su retrato pudimos contemplarlo el pasado mes de enero en nuestro viaje a Nápoles y Costa Amalfitana, cuando visitamos Pompeya y que podéis ver ilustrando este artículo; en la cabecera dejo otro retrato con un mapa. Esta inefable dama al parecer falleció en Constantinopla, porque allá por el final del libro comenta que está “muy malita” y que si Dios le da vida contará más cosas. Da muestras de cansancio y poca apetencia por regresar a su Galicia natal.  Años más tarde se derrumbaría el Imperio Romano y llegaron las consabidas invasiones bárbaras convirtiéndose el viajar, en una actividad aún más peligrosa: tristemente, las mujeres vivieron a partir de entonces más encerradas que nunca.

Enlace al texto original en latín del libro de Egeria

Enlace al libro de Javier Santamarta “Siempre estuvieron ellas…” en Amazon

 

Alberto Bermejo

Oneira CLUB DE VIAJEROS

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