Cuaderno de bitácora: Viaje a Perú Oneira Semana Santa 2019

Os contamos, amigos, nuestro viaje a Perú, de Semana Santa 2019 de Oneira club de viajeros que hemos disfrutado con nuestros buenos amigos viajeros . Una de nuestras citas imprescindibles, el pueblo hermano de Perú, que ya visitamos en 2014 en el anterior proyecto PERIPLOS. El Perú que dicen fuera “conquistado” por españoles hace siglos, y que ha sido este lugar quien ha conquistado a todos los viajeros de Oneira. Y es que este país lo contiene todo en sí mismo: yacimientos arqueológicos, museos, cultura fascinante, paisajes de ensueño, ciudades coloniales y poblaciones de cultura y riqueza milenarias. Perú es una mezcla de culturas, pueblos, geografías, lenguas y gastronomía. Una puerta a la gran aventura de Oneira club de viajeros. En este viaje la expedición fue comandada por el Adelantado David Esteso, alma máter de Más Que Un Plan Agencia de Viajes, nuestro nuevo equipo desde 2019 en la preparación y programación de los mejores viajes de Oneira club de viajeros.  Os dejamos con nuestra particular bitácora viajera, para dejar negro sobre blanco de lo que este viaje ha representado para todos nosotros.

12/04/19 - 13/04/19. El primer disgusto nos lo encontramos con lo clásico en estas fechas: los problemas aéreos. Un retraso de cerca de 3 horas impediría iniciar el viaje a la hora prevista. Tras un cansado viaje nocturno en avión el vuelo aterrizó sin incidentes en el Aeropuerto de Lima. Allí nos esperaba el equipo de agentes peruanos que se responsabilizaron de llevar a buen término nuestra aventura programada con detalle desde hace meses: los hermanos Silva, Yasser y Fernando, y también José Lezama el guía local. ¡El viaje comenzaba y lo hacía en Lima, capital de Perú!.

Esta extensa metrópoli, elevada encima de una larga costa de acantilados desmoronados, sumerge a quienes la visitan en una mezcla de templos precolombinos, culturas milenarias, museos de arte y cerámica sublime, apasionantes procesiones religiosas y una revolución gastronómica a la altura de las mejores del mundo. Visitamos lo más importante. Huaca Pucllana, un centro ceremonial de adobe sorprendente, que data del 400 d.C. Imperdible el Centro Histórico de Lima, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1988, repleto de ejemplos de arquitectura colonial conservada hasta ahora y bonitas iglesias barrocas. La Plaza Mayor fue el núcleo del asentamiento del imperio español en el continente. Algo cansados, descubrimos todos los maravillosos lugares de esta gran capital. A la hora del almuerzo el grupo se desplazó a tener un primer encuentro con los ricos platos de la gastronomía peruana, asistiendo a una clase de cocina local en la que aprendieron a preparar un delicioso ceviche y pisco sour, una bebida espléndida. El ceviche es un plato peruano por excelencia, que ha enamorado a gastrónomos de todo el mundo, elaborado con pescado, ají, limón, pimienta, ajo, cebollas moradas, cilantro y sal, todo bien macerado. Nuestros amigos viajeros lo aprendieron a hacer, y quien se animó para la preparación del mismo fue Cristina, que con su gorro de cocinera preparó un buen plato (quizás le faltó algo de cilantro). Yo estoy enamorado del pisco sour. Es un cóctel elaborado con pisco (un tipo de aguardiente de uvas) y zumo de limón; nada más, y nada menos, con el especial toque del barman. Perú y Chile se pelean por la propiedad de esta bebida.   

A 31 kilómetros de Lima se encuentra Pachacamac, yacimiento inca con una ciudadela precolombina de adobe, palacios de piedra y templos piramidales. Fue un importante centro inca a la llegada de los españoles, que empezó siendo un centro ceremonial de la cultura lima hacia el año 100. El nombre se traduce como “Aquel que animó el mundo” o “El que creó la tierra y el tiempo”. Levantado en honor al dios huari de dos cabezas. A destacar el Templo de las Doncellas Incas, “las elegidas”, donde David sugirió fotografiar sólo a  las chicas del grupo. Al acabar nuestra visita tocaba moverse  hacia el Museo Larco Herrera, del que nos enamoramos en nuestra visita de 2014, y que encierra más de 45000 piezas de la colección privada de Rafael Larco Herrera (1901 – 1966). Sus nuevas galerías exhiben la mejor y más completa colección de oro y plata del Perú precolombino en el mundo; así como su famosa colección de cerámica erótica, lo que siempre da para las consabidas comparaciones, bromas y chanzas. Allí se disfrutó de una buena comida al aire libre, en un entorno precioso, en sus jardines. Los viajaros tomaron pisco sour local y el mate de coca; a Micaela y a Conchi les entró un ataque de risa que algunos atribuyeron al mate. Esperemos que también les ayude a sobrellevar el “mal de altura” en el Altiplano, dentro de una semana. Conectamos con el aeropuerto en dirección a Trujillo. Allí nos recibieron Henry y Alexis. Mañana conoceremos Trujillo y los importantes yacimientos que nos ofrece esta gran localidad peruana.

14/04/19 - 16/04/19. Nos preparamos temprano para conocer Trujillo, una ciudad con una herencia histórica de más de 12000 años de pueblos peruanos. Nos dirigimos hacia Chan Chan, (DECLARADO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 1986) capital del reino chimú, la ciudad precolombina más grande de toda América y la mayor de adobe del mundo, hasta caer bajo el poderío inca. Su majestuosidad perdura en el tiempo. Se ubica frente al mar, muy cerca de la desembocadura del río Moche. En su apogeo llegó a contar con cerca de 60.000 habitantes y una enorme riqueza. Recorrimos sus plazas ceremoniales, adoratorios, graneros, templetes y su plataforma funeraria. Los cercanos centros arqueológicos Huaca del Sol y de la Luna son dignos de admiración, mucho más antiguos que los de Chan Chan y atribuidos al periodo mochica. El museo hace revivir la iconografía moche destacando piezas como el Pato Guerrero, el Sacerdote Ciego y piezas como el Felino. La Huaca del Sol de 43 metros de altura es la estructura individual más grande de Perú. Nos gustaron los bonitos murales polícromos con representaciones religiosas que pudimos contemplar.

Comimos bien en Trujillo, pegados al mar.  Dedicamos parte de la tarde a conocer los tradicionales caballitos de totora, antiguas embarcaciones mochicas. Uno de los pescadores nos hizo una demostración sobre su uso en la antigüedad y cómo se emplean en la actualidad. Por la noche algunos cenamos en el restaurante El Celler de Cler, muy buen puntuado en Tripadvisor y que desde aquí recomendamos, en el centro de la ciudad. No dejes de visitarlo si vienes a Trujillo. Nos encantó la ciudad por la noche, con un sabor colonial muy especial. Es una de las ciudades que más han crecido, una de las más importantes del país. Como la visitamos en día feriado, en plena Semana Santa, el ambiente  era soberbio. Por la mañana los actos litúrgicos culminan con la bendición de las palmas. Por la tarde-noche el ambiente es muy festivo, con todos los trujillanos paseando por las calles de esta hermosa ciudad. 

Andar por las calles de Trujillo, la Ciudad de la Eterna Primavera es delicioso. Nos encantaron sus edificios coloniales y su Plaza Mayor. Algunas casas y mansiones que visitamos nos sorprendieron. Es una ciudad que hay que anotar para volver con más tiempo. Por la tarde continuábamos con nuestra particular cita con la arqueología peruana. En el entorno del valle de Chicama nos esperaba el Complejo Arqueológico El Brujo, y conocimos la Huaca Prieta,  la Huaca Partida (Huaca el Brujo) y la Huaca Cao Viejo con decoraciones policromas en alto relieve en las paredes, lugar del hallazgo de la Señora de Cao, quien posiblemente fue la gobernante y sacerdotisa de dicho lugar. En el Museo de Cao se exhiben las piezas encontradas en la tumba de la Dama de Cao (joyas en oro, plata y piedras preciosas; cerámicas, etc.). La Momia de la Dama de Cao, con tatuajes de serpientes, arañas en los brazos y piernas se conserva en estas instalaciones. Cuentan los guías que las Huacas en general y en la del Brujo en particular son centros de energía, de acuerdo con la tradición ancestral,  y han recibido peregrinaciones de gentes de otros lugares buscando beneficiarse de dichas energías positivas. Lo cierto es que nos sentimos muy bien en estos mágicos lugares.  Continuamos ruta hacia Chiclayo.

Visitamos el Mercado de Brujos. En este singular mercado encontramos una variedad de productos y hierbas medicinales usados por los chamanes de la zona. Las creencias chamánicas del lugar son potentes. Alexis nos ha hablado aquí de temas esotéricos, curaciones, chamanismo y nos ha destacado los baños de florecimiento, en aguas de flores, hierbas, etc. Para eliminar todas las energias negativas y salir totalmente renovados con energía positiva ¡ahí es nada! En esta ciudad hay lugares con interés arqueológico que visitaríamos: el Museo Nacional de Sicán y el Complejo Arqueológico de Batán Grande. Pero el más fascinante fue el Museo de las Tumbas Reales de Sipán que cuenta con 10 salas de exhibición en todo su recorrido, con todos los tesoros del Señor de Sipán y una  gran colección de objetos de oro, plata y cobre de la cultura Mochica. Está considerado como unos de los mejores museos de Latinoamérica. Hay que recordar que hace varios años visitamos en  el Museo Marq de Alicante (Museo Arqueológico Provincial)  una impresionante colección prestada de este museo y titulada: El señor de Sipán: misterio y esplendor de una cultura pre-inca, que incluía la recreación de su tumba.

17/04/19 - 18/04/19.  Nuestro relevante y próximo punto de destino fue Arequipa, la ciudad Blanca y cuna del afamado escritor Mario Vargas Llosa, una de las ciudades coloniales más importantes de Sudamérica, repleta de riquezas culturales. Ya lo decía Jorge Polar, el poeta: “No se nace en vano al pie de un volcán”.  Y es que la ciudad está amparada por tres grandes volcanes y sus calles están repletas de edificios barrocos que no nos dio tiempo a verlos todos. En el Museo de Santuarios Andinos se conservan diversas momias de niños o adolescentes ritualmente sacrificados a la montaña, al volcán y a la Pachamama, presuntamente para calmar la ira de los dioses. La momia más importante es “Juanita”, la doncella de hielo, sacrificada en 1450 y que ¡siempre está de viaje! en otras muestras o museos. Recorrimos diversas Iglesias y Capillas, el Mercado San Camilo y paseamos por las calles de esta encantadora ciudad, con el protagonismo de su Plaza de Armas. La Catedral de Arequipa está levantada a partir de sillares blancos y el interior es sencillo, espacioso y luminoso. El lugar que más nos conmovió de Arequipa fue el Monasterio de Santa Catalina de Siena, ¡una verdadera ciudadela erigida en la propia ciudad!. Levantada en barro y sillar con excelentes obras artísticas al fresco y otros tesoros religiosos y pictóricos, ocupando un área de 20.000 m2. Las primeras mujeres que ingresaron a este convento fueron criollas, mestizas e incluso indígenas. Su estructura es laberíntica, ¡fácilmente te puedes perder! con intrincados pasillos. En este convento las monjas disponían de doncellas o esclavos, e invitaban a músicos y se daban a la gran vida, poco frecuente en el ámbito cristiano. En 1871 el Papa Pio IX puso orden y acabó con sus tradicionales fiestas. Parte del grupo por la noche nos dirigimos a cenar al restaurante Chicha, del chef Gastón Acurio, disfrutando de una muy agradable velada con buenas viandas y buen pisco-sour.

El día siguiente fue puramente de autobús. Atravesamos la Pampa Cañahuas para alcanzar el Cañón del Colca, actualmente considerado el primer cañón más profundo del mundo, según los estudios de un polaco en el año 2005. Nuestro autobús nos llevó por Vizcachani, las Pampas Toccra y bordeamos el cráter del volcán Chucura alcanzando el Mirador de los Andes en Patapampa, a una gran altura, más de 4.000 metros. Allí nos hicimos una fotos preciosas. Después descendimos al pueblo de Chivay, con excelentes vistas, aunque llegamos bien caída la tarde. Visitamos los baños termales las Caleras, y unos cuentos viajeros  aprovecharon para darse un chapuzón y disfrutar de las cálidas aguas antes de ir al hotel.

19/04/19 - 20/04/19. Continuamos haciendo carretera y viendo pueblos y localizaciones maravillosas de esta parte del Altiplano peruano. Estamos a casi 4.000 m de altitud y conviene que vayamos aclimatándonos para llegar frescos y despiertos al área de Cuzco y Machu Picchu, culmen de nuestro viaje. Dormir en altura como hacemos estos días nos permite fabricar glóbulos rojos que nos ayudarán a oxigenar nuestro cuerpo y aclimatarnos bien. Cruz del Cóndor que se encuentra a 40 km de Chivay es un paraje espectacular donde pudimos apreciar el vuelo del cóndor. Decenas de ellos saludaron a todos los que presenciábamos el espectáculo sobre el Cañón del Colca. Sólo faltaba la mítica canción peruana “El cóndor pasa” para crear el momento perfecto del día. En estos trayectos disfrutamos paisajes andinos llenos de encanto: bosques de piedras, lagunas inmensas con variedad de aves, pequeños caseríos y algunos pueblos. Hasta llegar a Puno, la capital del folclore peruano y a fe que es así pues en el lugar hay continuas procesiones y bailes locales.

Desde Puno nos preparamos para disfrutar una jornada inolvidable en el Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo. Los de acá creen que fue en este lago donde nacieron el sol y los padres del pueblo inca: Mano Cápac y Mama Oclio.  Visitamos las Islas flotantes de los Uros, construidas con capas de totora que se reponen constantemente. Es toda una isla vegetal artificial. La totora sirve también para construir sus viviendas y sus balsas. Continuamos visita en el lago en Isla Taquile, una isla diminuta de 7 km2 con una población de 2000 habitantes. La comunidad nos recibió amablemente y conocimos sus costumbres y tradiciones; allí tuvimos nuestro almuerzo con productos locales. El paraje del Lago Titicaca es espectacular y bellísimo.

21/04/19 - 22/04/19. Domingo. Hoy iniciamos ruta hacia una de las ciudades emblemáticas del Perú, Cuzco. Por el camino, progresivamente más aclimatados a la altura, visitamos el recogedor Sitio arqueológico de Sillustani, uno de los yacimientos funerarios más sorprendentes sito en un hermoso lugar. Es un lugar muy visitado por heterodoxos y gentes seguidores de misterios ancestrales. En el Museo lítico de Pukara se exponen algunas de las tallas más importantes de la época preincaica. Su pieza más importante: “El degollador”, un monolito representando Hatun Ñakaq, una de las mejor talladas del conjunto y es un ícono de la fiereza de la cultura Pucará. Sostiene una cabeza humana; considerado el monolito más sanguinario del conjunto museográfico. Otros yacimientos visitaDos: Raqchi (el Templo del Dios Wiracocha). Paramos en el bonito pueblo andino de Andahuaylillas, donde se ubica la Iglesia de San Pedro, preciosa edificación del siglo XVII.

Lunes. Hemos dormido en Cuzco, corazón del Imperio Inca en la región más bella del cono sur americano. En nuestra opinión en la ciudad más bonita de todo América, pero esto es algo subjetivo... La mañana la dedicamos a visitar los centros arqueológicos de los alrededores: el más impactante  la Fortaleza de Sacsayhuamán, imponente muestra de arquitectura militar incaica que domina la ciudad. Aquí aun se celebra cada 24 de junio de cada año el Inti Raymi recreando la adoración de los ancestros al dios Sol, la festividad más solemne y grandiosa del imperio incaico. El Inca Pachakuteq mandó a construir el Qorikancha, un fastuoso templo dedicado a reverenciar al Sol, dios al que los incas denominaban Apu P`unchao o Apu Inti. Este Templo del Sol lo visitaríamos por la tarde. Otros yacimientos fueron los importantes Qenko y Puka-Pukara, soberbios. Entramos a conocer Tambomachay, conocido como “los baños del Inca”; formado por una magnífica bañera de piedra ceremonial que canalizaba el agua de un manantial; algunas teorías lo asocian al culto al agua de los antiguos incas. En Nuestra historia en Instagram hay algunas fotos. Por la tarde disfrutamos el centro histórico de Cuzco con sus monumentos y plazas más características. La Plaza de Armas es una de las más bellas del mundo, rodeada por una arcada colonial. La Catedral y diversas iglesias que visitamos nos fascinaron. El Barrio de los Pintores de San Blas gustó mucho a los viajeros. Preparamos una despedida anticipada del viaje cenando en ambiente festivo en un restaurante destacado que nos ofreció un espectáculo de folclore de gran nivel.

23/04/19 - 24/04/19. Hoy nos adentramos en el inefable Valle Sagrado de los incas. El río Urubamba se abre paso a través del mismo y discurre junto a los atractivos pueblos andinos, pueblos militares incas que se caen a pedazos y cultivos en terrazas de origen inmemorial. Hemos conocido imponentes ciudadelas incas junto a otros yacimientos, mercados  (como Chincheros) y vistas de gran belleza. Conocimos las Minas de Sal de Maras, una explotación de sal que se remonta al Tahuantinsuyo y otros maravillosos lugares en el área. Por la noche participamos en una Ceremonia ancestral inca conocida como Coca k´intu; esta ceremonia tiene como protagonista a la sagrada hoja de coca venerada por los incas, una ceremonia de agradecimiento a los Apus por la vida. Lo cierto es que la ceremonia fue muy emotiva. En torno a una hoguera, bajo un cielo estrellado y en una perfecta atmósfera, siguiendo la voz de Shura, con el músico Taray envolviéndonos con su música… nos ofrecieron 3 hojas de coca a cada uno, que entregamos al fuego purificador pensando en 3 deseos. Esta actividad nos ilustra sobre muchas de las reuniones o encuentros que en torno a ritos ancestrales  incas aún se siguen realizando por los peruanos. 

Al día siguiente continuamos las visitas por el Valle Sagrado, pues no en valo seleccionamos un hotel del entorno para poder tener a mano todas las visitas más importantes.  A destacar una visita al Museo Inkary, inaugurado recientemente. Uno de los museos más completos de las culturas prehispánicas hasta llegar a la inca pasando por Caral, Lambayeque, Chavín, Paracas, Moche, Nasca y Chimu. Continuamos todo el día disfrutando de hermosos paisajes y visitando centros arqueológicos muy destacados, como las Ruinas de Pisac. El gúia nos contó algunas formas de distribución de trabajo colaborativo entre los pueblos del Valle. La minka es una tradición de trabajo colectivo voluntario con fines de utilidad social; la mita es un sistema de reciprocidad muy habitual en la Región Andina y el ayni es una forma de ayuda mutua; al atardecer sólo nos restaba abordar el tren turístico con destino a Aguas Calientes. Desde allí mañana realizaremos la excursión tan esperada a Machu Picchu.

25/04/19. Continuamos nuestro viaje de ONEIRA alcanzando la visita más esperada de nuestro circuito, la guinda de nuestro viaje: Ciudad inca de MACHU PICCHU (DECLARADA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 1983). Nos trasladamos a la Ciudadela en bus turístico compartido,  hasta la cima de la montaña y a la ciudad de Machu Picchu, uno de los más famosos ejemplos de la arquitectura Inca, rodeada de abundante vegetación, iniciando nuestra particular visita a este mágico asentamiento. Atención a los 16 baños ceremoniales interconectados que descienden en cascada a través de las ruinas. Encima de los baños se encuentra el Templo del Sol, una torre curvada y ahusada que contiene algunos de los mejores ejemplos de mampostería del complejo, al parecer utilizado con fines astronómicos; en el interior hay un altar y una curiosa ventana trapezoidal que se abre al complejo. Debajo del templo se halla la Tumba Real, una cueva de roca natural cuidadosamente tallada con un altar en forma de escalón y varios nichos sagrados. La Plaza Sagrada cuenta con cuatro lados; el lado más alejado contiene un pequeño mirador con una pared curvada que ofrece vistas de la nevada Cordillera Vilcabamba en la lejanía y del río Urubamba. Los tres lados restantes están flanqueados por el Templo de las Tres Ventanas, el Templo Principal (llamado así por su robustez y perfección) y la Casa del Alto Sacerdote. Detrás del Templo Principal se levanta la Sacristía, con numerosos nichos cuidadosamente tallados que quizás sirvieran para almacenar objetos ceremoniales. Por detrás de La Sacristía se asciende a una pequeña colina donde se erige el principal santuario de Machu Picchu, Intihuatana, “lugar donde se amarra el sol”, que se refiere al pilar de roca tallada (erróneamente confundido con un “reloj de sol”) que se erige en la cima; mediante las aristas de este pilar, los astrónomos incas predecían los solsticios. En la parte superior del Intihuatana hay otra escalera que desciende hasta la Plaza Central. En la parte inferior encontraremos el Sector de Cárceles, un laberíntico complejo de celdas, nichos y pasadizos, excavados tanto bajo tierra como al nivel del suelo. El elemento central del conjunto es el Templo del Cóndor, donde se puede admirar una cabeza de cóndor tallada y varias rocas detrás que parecen las alas extendidas de esta ave andina. Detrás del cóndor hay un agujero en forma de pozo, en cuyo fondo hay una puerta que conduce a una diminuta celda subterránea a la que solo se puede acceder de rodillas. Acabada la visita, retorno en tren hacia la estación de Ollantaytambo para luego tomar los buses privados que nos trasladan a la ciudad de Cusco. Con tristeza, nuestro viaje a Perú ha finalizado, ¡Hasta siempre Perú!

David Esteso y Alberto Bermejo

ONEIRA club de viajeros

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El Perú: culturas precolombinas

Las culturas peruanas precolombinas o prehispánicas más antiguas se han desarrollado en Perú por todo su territorio. Todos relacionamos rápidamente la antigua cultura inca con el pueblo peruano, sin embargo hay una serie de pueblos que se asentaron antiguamente en distintos lugares. Algunas de las culturas más antiguas surgieron en la parte norte del país, que descubriremos en nuestro viaje a Perú de Semana Santa 2019. Os dejamos una reseña de los principales pueblos prehispánicos del norte:

Huaca Prieta

Esta cultura primitiva se asentó en la zona que ocupa el yacimiento de su mismo nombre. Floreció entre los años 3500 y 2300 a.C. Cazadores recolectaros, no obstante también cultivaban algodón y algunas hortalizas. Su máxima expresión artística se manifestó en las decoraciones en vasijas elaboradas con calabaza seca. 

Chavín

De gran influencia cultural, ocuparon los alrededores de Huaraz, en los Andes Centrales, entre el 800 y el 400 a.C.

Mochica

Floreció entre los años 100 a.C. y 800 d.C. Con cerámica, tejidos y objetos de metal característicos, dejando su huella con la construcción de grandes pirámides. La decoración de sus vasijas son realistas, con figuras y escenas agrícolas y pequeños animales, así como algunas escenas ceremoniales. Esta cultura se inició en las intervenciones quirúrgicas y y desarrolló un conjunto de arte erótico que conoceremos en nuestra visita al Museo Larco, en Lima.

Sicán

Descendientes de la cultura mochica, se expandió entre los años 750 y 1375 d.C. Fundamentalmente agricultores desarrollaron técnicas metalúrgicas, con oro, plata, cobre y bronce. Fueron activos comerciantes y se relacionaron con culturas alejadas.

Chimú

Contemporáneos de los anteriores, desarrollándose entre los años 850 y 1470 d.C. Tendieron más a la producción masiva que a la creación artística. Desarrollaron la metalurgia e instauraron una sociedad urbana. Tenían enormes pozos con accesos de entrada, canales, talleres y templos, y enterraban a sus soberanos en túmulos funerarios rodeados de ofrendas.  En 1471 fueron conquistados por los incas.

Sin embargo, la civilización más importante y que ha marcado la historia de Perú fue el pueblo inca, o lo que también se conoce como Imperio Inca. Y durante nuestro recorrido de viaje también conoceremos en profundidad el legado que los incas dejaron a la humanidad. Cuenta la leyenda que la civilización inca emergió cuando Manco Cápac y su hermana Mama Ocllo, hijos del Sol, emergieron del lago Titicaca para establecer la civilización en el Cuzco. Su influencia y expansión comienza en el s. XV, cuando el noveno rey, el Inca Yupanqui, defendió Cuzco contra el pueblo invasor chanca del norte. Yupanqui llevó su conquista hacia los Andes. Bajo su reinado creció un vasto imperio de hasta 10 millones de súbditos conocido como el Tahuantinsuyo (“tierra de cuatro regiones”), que comprendía no sólo todo Perú, sino también regiones de Ecuador, Bolivia y Chile. Yupanqui, con el sobrenombre de Pachacutec, trazó el primer asentamiento en Cuzco con forme de puma y levantó los fabulosos monumentos de piedra de Sacsayhuamán, y probablemente Machu Picchu. Mejoró las calzadas que entretejían su imperio y desarrolló sistemas agrícolas y estableció el quechua como lengua franca.  Atahualpa fue el decimotercer emperador inca y está considerado como el último de sus líderes. Nació en 1500 y condujo al Imperio Inca a una larga y sangrienta Guerra Civil en 1527. Fue en 1532 cuando los conquistadores españoles al mando de Pizarro, en Cajamarca, tendieron una trampa a 3500 hombres de Atahualpa produciendo una gran matanza y la captura de Atahualpa, que al año siguiente sería ejecutado, dispersando con ello a los ejércitos incas que rodeaban Cajamarca y facilitando la conquista del impero por Pizarro. 

La impronta cultural que han dejado estos pueblos precolombinos es palpable por todo el país. Una de las figuras religiosas más características de los pueblos incas es la figura del chamán. El chamán entiende que la vida está presente en todas las cosas y con habilidades especiales puede ser percibida en su verdadera esencia. Los chamanes tratan con respeto a la tierra, las rocas, las plantas y los animales, que son sus hermanos y aliados. Su filosofía se fundamenta en el trasvase energético entre los seres vivos, sobre la ley del dar y recibir, y sobre el retorno de cualquier acto que uno haga a los demás seres vivos. Estos brujos creen en el Gran Espíritu (Dios) como fuente suprema del cosmos. Energía y materia es una única cosa, todo está interrelacionado en el cosmos y en la naturaleza. Todo está vivo y en continua vibración. Cualquier plano material tiene su propia conciencia. La enfermedad en la sociedades tribales se observa como una falta de armonía y equilibrio. Estos terapeutas del alma emplean todo tipo de rituales, materiales y de pensamiento, entre ellos la toma de brebajes, para reinstaurar el equilibrio. 

En Perú es muy común el consumo de ayahuasca (una planta alucinógena) para entrar en trance en algunos sitios del Amazonas y algunos puntos de Perú. Su ingesta forma parte de una ceremonia que puede durar horas o días. Algunos viajeros se arriesgan a participar en algunas de estas ceremonias poniendo en riesgo su salud. La ayahuasca puede producir efectos secundarios como deshidratación, convulsiones, aumento de la presión arterial e incluso ceguera. Algunos chamanes charlatanes la mezclan con LSD para potenciar “el viaje”. Algunas de estas ceremonias son usadas para robar a los viajeros. ONEIRA no recomienda en sus viajes, en ningún caso,  someterse o participar en ceremonias de este tipo por lo peligroso que resulta. 

Daniel Bermejo

Alberto Bermejo

ONEIRA club de viajeros

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El Valle Sagrado de los Incas, en Perú

Nos vamos a Perú. País que visitamos en 2014 con PERIPLOS. Nuestra fecha de partida Semana Santa de 2019. Un viaje con ONEIRA club de viajeros. Conocer el Valle Sagrado de los Incas es merecedor, por sí solo, para justificar un viaje a Perú. Allí se encuentra enclavado Machu Picchu al que dedicaremos otro post aparte. ¿Os apetece conocer este territorio tan sagrado para los peruanos?

El Valle Sagrado de los Incas en los Andes peruanos está compuesto por abundantes ríos que fluyen por quebradas y pequeños valles. Además, alberga innumerables monumentos arqueológicos y pueblos indígenas. Este valle fue muy apreciado por los incas debido a sus singulares propiedades geográficas y climáticas. Sus habitantes, nativos de la etnia quechua, conservan muchas costumbres y ritos ancestrales. Además, no solo fue importante como centro agrícola, sino también para la cosmología religiosa del pueblo inca.

Visitaremos el Museo Inkary inagurado recientemente  que está considerado como unos los museos más completos de las culturas prehispánicas hasta llegar a la cultura inca, pasando por Caral, Lambayeque, Chavin, Paracas, Moche, Nasca, Chimú, expuestas en un recorrido cronológico, donde no solo se muestran las piezas y cerámicos sino también los rostros de antiguos pobladores y sus costumbres en una exhibición 100% vivencial. Se trata de 8 salas que muestran algo de la vida cotidiana de cada civilización. El pueblo de Chinchero conserva el estilo de la época y está rodeado por los nevados de Salkantay, Verónica y Soray. Sus habitantes viven donde sus antepasados lo hicieron con sus construcciones casi intactas. La leyenda afirma que Chinchero fue incendiada en 1536 por Manco Inca, en su fuga hacia Vilcabamba, con la intención de no dejarles nada a los españoles. En Chinchero las tradiciones perduran en el tiempo, como si la esencia de una cultura milenaria se aferrara en este lugar, rechazando marcharse. Los habitantes nativos, vestidos con coloridos trajes característicos se juntan en el Mercado de Chincheros, ubicado en la Plaza de Armas y en frente de la iglesia, para intercambiar sus productos (el trueque sigue muy presente). Contemplar todo este grupo de personas de raíces culturales acentuadas y profundas, ajenos a todo signo de modernidad, resulta toda una experiencia. Aquí se exhiben vestimentas de lana de oveja, alpaca y llama, artesanías, instrumentos musicales autóctonos, alimentos como patata, chicharrones, hojas de coca, café, maíz y otras decenas de alimentos entre otros.


La importancia del pueblo de Maras radica en la extracción de sal. Desde la época incaica fue un mineral muy importante, transcendental para el consumo humano. Estas salinas están compuestas por más de 5000 pozas, cada una de ellas empleada por una familia las cuales se obtienen del flujo de un manantial de agua salada y de la inclinación de la montaña Qaqawiñay. El pueblo de Moray alberga una serie de terrazas abancaladas circulares de manera concéntrica en forma de cuenco, evocándonos la imagen de un cráter artificial o de un anfiteatro. Este fue uno de los más distinguidos centros de investigación agrícolas incaicos, dedicado a experimentos y siembra de cultivos provenientes de todos los lugares del imperio. Los andenes están colocados de tal forma que cada terraza posee un clima muy particular, pudiendo plantar decenas y cientos de alimentos al mismo tiempo. El pueblo de Ollantaytambo, conocido como “Ollanta”, fue durante la época incaica una ciudad fortificada, con zonas urbanas, agrícolas, templos y muros defensivos. Constituyó un complejo militar, religioso, administrativo y agrícola. La leyenda cuenta que Ollántay (el titán de los Andes), de origen humilde, amaba a la princesa Cusi Coyllor, hija del rey Inca Pachacútec, quien estaba disconforme con su amor. Este envió a su hija a una casa de vírgenes, momento que aprovechó Ollántay para raptarla, aunque finalmente no tuvo éxito. Ollántay desde su fortaleza se rebeló contra Pachacútec, el cual después de sangrientas batallas, derrotó al amado de su hija y le acabó perdonando la vida. La fundación del pueblo es atribuida a Ollántay cuya fortaleza aun prevalece estratégicamente entre dos montañas. Tanto la fortaleza como los ricos yacimientos arqueológicos incaicos pueden visitarse, entre ellos, el templo a Inti (el dios sol), el Incamisana, los baños de las Ñustas (princesas), las chullpas de Cachiccata, y otros lugares. La entrada se realiza por una puerta conocido como Punku-punku, erigida con piedra y doble jamba imperial. Se empieza subiendo unas escalinatas precisamente bien trazadas y se termina sobre una obra maestra de la arquitectura incaica. En la cumbre despuntan seis monolitos hechos a base de granito de enorme tamaño, encajados con una enorme precisión, los cuales tienen esculpidos enigmáticos mensajes de iconografía inca. Se estima que para subir estas enormes piedras se necesitaron alrededor de mil esclavos para empujarlas cuesta arriba. Después de la llegada de los españoles, se convirtió en un lugar muy visitado por los virreyes y muchos viajeros consideran el lugar, después del Machu Picchu, como las ruinas de piedra más impresionantes de Perú y del mundo. 

Existen en el entorno del valle comunidades indígenas de marcadas costumbres ancestrales. Un ejemplo es la ceremonia ancestral inca Coca k’intu  (que incluiremos en nuestro viaje) que significa en quechua ofrenda o flores para la divinidad. Este k’intu consiste en 3 hojas de coca que simbolizan los 3 mundos del pueblo andino (el de los dioses, el de los humanos y el de los muertos) que lo utilizaban como ofrenda en sus rituales religiosos para propiciar bendiciones, protecciones y buenas cosechas. El pueblo de Pisac se sitúa en las faldas del cerro Inithuatana y es mundialmente afamado por su mercado artesanal y sus admirables restos arqueológicos, dispuestos sobre una montaña en lo alto de un pueblo. Este fue esencial en la época incaica gracias a su privilegiada ubicación y a sus ricas tierras. Posee el mejor sistema de andenería (terrazas abancaladas) conseguido por los incas en todo los Andes. Gracias a este sistema salvaron la pendiente de la montaña para mejorar sus cultivos y conseguir una mayor variedad en los mismos. A partir de la Plaza principal, el poblado se transforma en feria y queda enlazado al Mercado de Pisac donde se pueden encontrar artesanía, tejidos multicolores, telas, ponchos, joyas, antigüedades, objetos rituales, alimentos, frutas y bebidas tradicionales milenarias. Además, las empanadas tradicionales son muy típicas en el pueblo, hechas en hornos de Barro con un sabor y un arte especial. Las ruinas de Pisac son de una belleza fascinante y de una ubicación privilegiada, en lo alto de una colina, rodeada de barrancos, terrazas agrícolas y con vistas al Valle Sagrado. Esta estructura servía de protección al valle del Urubamba, sito a sus pies, pero también a un paso que conducía a la selva, al noroeste. Dentro del yacimiento hay templos, pozos de agua y construcciones de piedra tallada formando torreones, fortalezas y observatorios astronómicos. Dentro de las ruinas encontramos diferentes barrios, como el de Pisaq’a, que estaba dedicado a albergar a aquellos que aquí vivían; el barrio de Intiwatana, donde se encontraban los palacios y templos del recinto arqueológico con preciosos ejemplos de mampostería y el barrio de K’alla Q’asa, en lo más alto de la montaña con torreones, murallas y unas vistas magníficas de todo el Valle Sagrado.  En la parte superior se encuentra el centro ceremonial, varios canales de agua aún en funcionamiento y preciosos ejemplos de mampostería en los templos. Unos agujeros en la  pared del peñasco configuran unas tumbas incas saqueadas y actualmente cerradas al público.

El Valle Sagrado de los Incas en Perú, en suma, es realmente un destino en sí mismo: repleto de lugares, paisajes y actividades para todo tipo de viajeros.

Alberto Bermejo

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El Imperio Inca. Uno de sus santuarios mejor conservados: Pachacamac

¿Qué conocimiento tienes sobre el desarrollo de la civilización Inca en Perú?. En unas pinceladas, vamos a contarte parte de su historia.

Cuenta la leyenda que la civilización inca emergió cuando Manco Cápac y su hermana Mama Ocllo, hijos del Sol, emergieron del lago Titicaca para establecer la civilización en el Cuzco. Su influencia y expansión comienza en el s. XV, cuando el noveno rey, el Inca Yupanqui, defendió Cuzco contra el pueblo invasor chanca del norte. Yupanqui llevó su conquista hacia los Andes. Bajo su reinado creció un vasto imperio de hasta 10 millones de súbditos conocido como el Tahuantinsuyo (“tierra de cuatro regiones”), que comprendía no sólo todo Perú, sino también regiones de Ecuador, Bolivia y Chile. Yupanqui, con el sobrenombre de Pachacutec, trazó el primer asentamiento en Cuzco con forme de puma y levantó los fabulosos monumentos de piedra de Sacsayhuamán, y probablemente Machu Picchu. Mejoró las calzadas que entretejían su imperio y desarrolló sistemas agrícolas y estableció el quechua como lengua franca.  Atahualpa fue el decimotercer emperador inca y está considerado como el último de sus líderes. Nació en 1500 y condujo al Imperio Inca a una larga y sangrienta Guerra Civil en 1527. Fue en 1532 cuando los conquistadores españoles al mando de Pizarro, en Cajamarca, tendieron una trampa a 3500 hombres de Atahualpa produciendo una gran matanza y la captura de Atahualpa, que al año siguiente sería ejecutado, dispersando con ello a los ejércitos incas que rodeaban Cajamarca y facilitando la conquista del impero por Pizarro. 

Uno de los satuarios mejor conservados del Imperio Inca pueden visitarse muy cerca de la capital de Perú. A 31 kilómetros de Lima se encuentra Pachacamac, yacimiento inca con una ciudadela precolombina de adobe, palacios de piedra y templos piramidales. Fue un importante centro inca a la llegada de los españoles,  que empezó siendo un centro ceremonial de la cultura lima hacia el año 100. El nombre se traduce como “Aquel que animó el mundo” o “El que creó la tierra y el tiempo”.  Levantado en honor al dios huari de dos cabezas. Creció bajo el liderazgo de los huaris y los ichsma. Se puede  recorrer el camino zigzagueante que sube a los templos principales. Algunos han sido excavados y sus rampas y laterales están a la vista. Desde el  Templo del Sol se pueden apreciar magníficas vistas a la costa. Sin embargo, lo más destacable del complejo es el Palacio de las Mamacuna, cuya traducción es “casa de las mujeres elegidas” y es conocida popularmente como el Acllahuasi, con entradas trapezoidales de estilo inca. Entre otras estructuras arquitectónicas que podremos descubrir está el Templo Viejo, el más antiguo y actualmente en ruinas, el Templo Pintado, el Palacio de Tauri Chumpi, donde presuntamente se alojó el último gobernador local de la época inca, Nunciaturas regionales y la Plaza de los Peregrinos.

¡Perú no deja de sorprendernos con todas las maravillas que ofrece a sus visitantes!

Daniel Bermejo

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